Una reflexión en torno al desapego que se está produciendo entre la segunda ola de esta pandemia y la que viene.
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Decía el Ex Ministro Miguel Sebastián
de semanas en La Sexta que España está
en el modelo “Bolsonaro” en lo que respecta a la gestión de la pandemia. Y
pedía a las autoridades políticas que dijeran la verdad, se sinceraran, porque
al menos los que “no compartimos el
modelo Bolsonaro podamos actuar con nuestro criterio, mas estricto, distinto y protegernos de la COVID”.
El grado de deterioro, descoordinación
, incapacidad , falta de reacción es tal que los responsables –políticos- encargados de proteger nuestra salud están
poniendo en duda la misma credibilidad de lo poco que queda del Estado del
Bienestar , y la frialdad de los datos les delatan, somos unos de los países de
Europa con más tasa de contagios y más muertes, en la primera ola y la segunda.
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cronista.com |
Laissez faire et laissez passer
Una pandemia que se está llevando a
una economía por delante y la vida de decenas de miles de personas no se la hace frente a base de “recomendaciones” o medidas tardías . Da la impresión de que la
agresividad con que el virus ataca a los españoles es mayor que la determinación
de este Gobierno por aniquilar al COVID.
Julio Anguita desarrolló en su dia el concepto de “las dos orillas” para
destacar que entre el PP y el PSOE existía una manera común de entender la
economía, el proceso de integración europea, la defensa de la monárquia, o la política exterior. En esta pandemia
pasa lo mismo. Si no, ¿Porqué consiente
el Estado las contínuas e inexplicables posiciones de Ayuso y de la Comunidad
de Madrid? ¿Dónde está el plan de choque
para evitar el colapso de la sanidad? ¿Existe diferencias significativas
en las medidas de protección y refuerzo de
los centros educativos de todas y cada una de las CCAA? ¿Donde se están tomando decisiones atendiendo
criterios plenamente científicos, existen esos comités de sabios?
Este descontrol, que hace que las medidas
se tomen tarde y mal no puede responder solamente a una falta de previsión. Es el liberalismo, atender a la economia por encima de todo, en verano playas llenas y en Navidad los centros de las ciudades llenos de consumidores. Responsabilidad individual, mascarillas, distancia y jabón, como a principios del siglo pasado con la llamada "gripe española". Si en Mayo mirábamos desesperadaemente
hacia nuestros chiringuitos y hoteles, en Noviembre parece importar solo la Cabalgata de los Reyes Magos, anticipamos
más la diversión que la salud, y antes de ellas, la economía. El Estado ha quedado para emitir consejos, y legislar tarde y de forma laxa. Un Estado deberia tener capacidad de fabricar algo tan fácil como millones de mascarillas, sin estar pendiente del suministro de terceros países , por poner un ejemplo. En esas estamos.
Pero claro, qué se puede esperar de
una sociedad entrenada durante las últimas décadas en el individualismo más
egoísta, y hedonista, en la búsqueda del placer inmediato , en la competetividad como patrón de
conducta asociada al bienestar.
Los-as pandilleros-as
A ello se añade los espectáculos tan deplorables que
vemos donde nuestros representantes acuden a saraos en pleno toque de queda . Allí todos son amigos-as,
pero cuando hay que debatir en el Congreso asoma su comportamiento más bajo, propio de pandilleros-as maleducados-as donde el insulto, las ocurrencias más
impertinentes son las que predominan para su minuto de gloria y dar carnaza a sus seguidores que
actúan más como holligans irracionales . Y se habla de sus repartos de poder a través de los jueces o de quien es más corrupto-a, mientras
se olvidan de los problemas de la gente.
Esta
nueva generación o clase política necesita
mantenerse en el poder. Si repasamos el curriculum de buena parte de ellos y
ellas , veríamos que tendrían muy difícil
poder tener un empleo aunque sea de mileurista . Agarrarse al cargo no
es una cuestión política en este caso, sino de supervivencia personal, de estómago, aunque pongan en peligro la credibilidad de las instituciones que deben representar.
Y a ésto hemos llegado. La ciudadanía recoge con normalidad la tensión que los
representantes politicos propagan, la asumen la copian como patrón de conducta
normalizado, ven en fastuosos salones
cenas y entregas de premios entre políticos en pleno toque de queda. Mientras el ciudadano-a debe quedarse en casa , para coger a las 7 de la mañana un metro a tope de gente
sin saber si el mes que viene estará en un ERTE, - no digamos aquellos-as que aún no han cobrado el IMV-… En un país con un 40 % de paro juvenil donde aun no se ha tomado
decisiones de cambios reales que vayan más allá de la asistencialidad que da un
subsidio. Vamos, lo de siempre.
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antena3.es |
Y las revueltas comienzan, el cabreo social sale a través de ciertos estallidos sociales. Es la angustia, la incertidumbre, y la protección social que no está llegando. En esta nueva fase lamemtablemente puede ser la extrema derecha la que recoja el descontento, se la ha dejado ese espacio, porque la
izquierda institucionalizada, hoy, ha decidido ser la defensora de este sistema a cambio de
subsidios y declaraciones vacías.
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