Las Alpujarras es una comarca de
contrastes, con una
Históricamente esta zona ha sido una de las pobres y marginadas de Andalucía y de España, hoy muchos de sus pueblos se han “reinventado” a través de un modelo turístico donde abundan muchos pequeños negocios de carácter familiar. Este modelo se mantiene gracias a que aún no han venido por aquí esas grandes empresas turisticas que llegan a hacer negocio, y a la vez elimina muchas singularidades turísticas en detrimento del beneficio inmediato. Todavía hay una democratización del reparto de los ingresos hacia sus habitantes a través de los muchos y pequeños negocios. Turismo sostenible, de KM 0 : Apartamentos turísticos, tiendas de alimentos, rutas senderistas, y restaurantes con una comida tradicional sencilla pero muy rica.
En gastronomía destacar los platos de carne ( cerdo o ternera) el famoso plato alpujarreño compuesto por papas a lo pobre, huevo frito, chorizo , morcilla , jamón y lomo, el choto, un simple plato de tomate de la hurta aliñado, o lo que más me gustó, la sopa de almendra alpujarreña, un descubrimiento.
Receta de trevelezseleccion.com:
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Foto: cocinaconana.com |
-1/4 Kg. de almendras
dulces.
- 1 cebolla mediana.
- 1 tomate grande.
- 100 gr. de jamón cortado en pequeños dados.
- 2 rebanadas de pan
duro.
- 2 dientes de ajo.
- Unas hebras de azafrán.
- Huevo (opcional)
- 2
cucharadas de aceite.
Elaboración:
Se
escaldan las almendras y se pelan. Se fríen las almendras con el pan y los ajos
y se tritura. Se quedan apartados. Se hace un sofrito con la cebolla, el tomate
y el jamón que añadiremos al final del sofrito. Se echa el agua en una olla
hasta que hierva. Cuando esté hirviendo se le agrega el sofrito con el jamón,
en triturado de las almendras, el azafrán y se prueba de sal. Si se quiere se
le puede añadir trocitos de huevo duro y pan frito a trocitos. Los sofritos se
hacen con poco aceite porque las almendras y el jamón dan grasa.
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Tomate aliñado, sin más. |
Esta comida de subsistencia popular tan poco valorada hasta hace no mucho ahora es el objeto por lo que los fines de semana los fines de semana los restaurantes estén abarrotados de gentes urbanas que van a degustarlos.
Nuestra estancia estuvo en torno al Barranco de Poqueira , Capileira, Pampaneira y Bubión. Pueblos blancos, de
calles estrechas, cuidadas, con imponentes paredes de montañas alrededor. Las Alpujarras fue el último reducto morisco donde se refugiaron primero y después se rebelaron tras incumplir la Corona los acuerdos
Capitulares firmados muchos años antes. Después de la rebelión vino la
represión y la conversión obligatoria y cruel al Catolicismo. Sus gentes renunciaron a su religión y su historia pero no a sus costumbres de las que algunas tuvieron que tranformar su significado para poder mantenerlas . La gestión y organización del
agua con las acequias que atraviesan el mismo pueblo, las eras de piedra en las
laderas donde se depositaba el cereal para aventarlo, la presencia de simbología
católica en espacios públicos para dar fe de que estaban convertidos y habían abandonado la antigua religión
herética judía o islámica, las cortinas en las puertas exteriores de las casas
para preservar la intimidad tan asociada a la cultura musulmana y andalusí… todo permanece aun presentes en sus calles como en otras zonas
del sur de España.
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Una era de piedra en el barranco de Poqueira |
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El agua y sus acequias tan presente hasta en el casco urbano. |
La otra vertiente es la socioeconómica de
la que hablé antes. El turismo rural, está sosteniendo la vida de
esos pueblos, manteniendo la población. Es una oportunidad para los-as jóvenes de
poder obtener cierto futuro estable y un modo de vida de calidad , aunque
alejados de la gran ciudad. La España vaciada resiste en esta zona, y puede ser ejemplo hacia otras muchas comarcas.
En definitiva, estas visitas nos ayudan a reencontrarnos con nosotros mismos, el acercarte a estos pequeños pueblos te permite sumergirte de algún modo en su forma de vida, en valorar la dureza de las actividades cotidianas que nuestros antepasados hacían para sobrevivir, disfrutar de la naturaleza, de la vida tranquila en un paseo, de un vaso de vino del lugar, de unas vistas hermosas.
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