"Estamos educando en la competitividad, en
el análisis del dato superficial. La estadística se ha apoderado de nosotros.
Estamos falsificando la humanidad, claudicando a la matematización del mundo e
incluso de la emoción". José Carlos Ruiz, Profesor de filosofía. La Vanguardia 08-08-2018
En el análisis que
intentamos realizar como observadores de lo social, es muy difícil encontrar
argumentos coherentemente analíticos y sólidos para intentar posicionarse en torno a él, tanto a favor como
en contra.
Las nuevas sociedades
virtuales están caracterizadas por la necesidad imperante de la aparición personal inmediata,por el grado de repercusión de las opiniones, comentarios: De la urgente visibilizacion: Si
estás, existes. El reconocimiento se
fundamenta en el número de seguidores que tienes, de aquellxs que visualizan
con un clip estar de acuerdo contigo. Esta nueva fórmula ya se antepone y va
camino de convertirse en un paradigma de lo relevante.
El Renacimiento o la
Ilustración supuso un impulso en el saber humano, de la expansión de esos
conocimientos,y del avance social a través de nuevos instrumentos y paradigmas que rompen con lo herético o lo
acientífico. Así el prestigio se ganaba con la producción que sobresalía, y que en última instancia generaba valor positivo en las condiciones materiales de las sociedades. Sobre eso se construía la
formación el acceso al conocimiento para seguir avanzando.
Hoy sigue existiendo
estas formas, pero intoxicadas con las nuevos canales de información y
difusión . Es fácil encontrar teorías conspiranoicas del COVID19 que rebaten sin pudor a la medicina clásica, científica. Como cuando en el S. XVI podíamos encontrar
debates entre los defensores de los nuevos avances científicos y los defensores de patrones de esa época oscura madieval. Si antes la ciencia avanzaba con su
mayor conocimiento del mundo, hoy esta nueva "curandería", se abre paso por el
abuso de los nuevos canales de información y argumentos demagógicos, su éxito depende de la velocidad de expansión de lo que dices, no de su contenido.
Se busca la persecución
instintiva frente al que opina distinto. Se premia la filiación ciega de quien comparte
tu forma de pensar, de manera incondicionalmente religiosa, casi sectaria. Se cultiva un hedonismo ególatra,donde hay que estar por delante de los demás de la forma más visibilizada posible, el argumento y su veracidad pasa a un segundo plano, y presumir de ello. No sirven los
argumentos reposados, largos y desarrollados, ya que se
nos está entrenando para que cada vez tengamos menos en
cuenta el esfuerzo intelectual. La prisa es un nuevo instrumento de dominación psicosocial.
Hasta hace no mucho el prestigio y la notoriedad de alguien estaba
basado en su producción personal sostenido en el análisis, la investigación, el rigor, la argumentación, en una propuesta elaborada
transmitida a través de una publicación que pasa una serie de filtros. O en una exposición pública ante un auditorio
interesado que acude a tu exposición, hoy es distinto.
Hoy se opina desde un
aparato, se habla desde el comedor de tu casa mientras desayunas, o en el intermedio de tu programa de tv preferido. Da igual que tu opinión esté
apoyada o no en hechos contrastables ( el anti bulo). Normalmente se escribe desde
estados emocionales concretos que vuelcan sobre el pequeño mensaje el grado de
ansiedad, cabreo, prisas o estrés que te invada.
Es paradójico que cuanta
más información tenemos, menos la sabemos utilizar y más se sabe manipular .
En una de mis clases
pregunté abiertamente a mis alumnxs cuando fue la última vez que leyeron un
libro ( de forma voluntaria, no por obligación académica). De 21 personas
levantaron la mano 5. Seguidamente pregunté cuales eran sus referentes
sociales, y ningúnx tenia
referentes excepto dos. Me remitieron a dos “youtubers”: Una poeta y otra
luchadora social feminista “por internet”. Cuando llegó el descanso todxs se agarraron al movil dando mas importancia a las conversaciones pendientes del wassap o de istagram que del compañerx que tenían al lado.
Mientras tanto otros
seguirán pensando por nosotrxs, seguiremos siendo más masa, dispuestas a
repetir los mensajes más instintivos o primarios que interesarán en los
verdaderos centros donde se decide todo.Y siempre pensaremos poseer razón en
esos mensajes que vertemos (todxs) desde el postureo impersonal que elimina
elementos tan básicos y humanos como la mirada a los ojos, una entonación
adecuada o una despedida amable.
Benditas esas conversaciones en las plazas de los pueblos...
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